Anna Alegre
Anna Alegre es una de las pocas artistas que sin proponérselo logra que sus obras sean un reflejo fiel de cómo es ella misma. Su aspecto físico, su carácter, sus gestos, están inequívocamente reflejados en su obra pictórica.
Todo arte es ficción, y cuando más compleja es la ficción, mejor suele ser el arte. Y en este caso, la complejidad de las pinturas que esta joven artista presenta, difícilmente podríamos definirlas como pinturas figurativas, aunque ella parte de un discurso personal muy interiorizado sobre como empleamos el tiempo en nuestras vidas, y la importancia de esos instantes de placidez, que no son otra cosa más, que pequeñas ventanas a través de las cuales podemos contemplar la vida de un modo más sensorial y sereno.
Aún que del mismo modo, tampoco podríamos clasificar sus pinturas de abstractas, a pesar de que formalmente utilice todos los recursos propios de la abstracción.
Dicho de otro modo, la pintura de Ana Alegre, integra tanto el silencio, como la melodía del viento o los mantras de los monjes budistas, para crear unas obras que nos invitan a contemplar, meditar y gozar de una realidad que no necesitamos comprender sino sentir.
Manuel Valls